lunes, 16 de agosto de 2010

Giras y eres y miras incansable.

Solamente siento que tú estás en paz al respecto, que no te emociona tanto el momento: que no te asfixia, que no te sube los colores a la mente.
Solamente siento que sientes divino, sientes tranquilo, sientes tan fijo. Mientras mis pensamientos me queman, arden de abajo -  arriba.
Solamente creo que todo ha de ser más simple, menos complejo como yo me lo creo.
Y sigo creyendo.

Pero cuando tantas lágrimas y tantas noches de desvelo se derraman en esta habitación, no sé hacia quién enviar el coraje y la tristeza. Si hacia quién, si hacia mí, si hacia nadie.
E imagino tantas boberías intrascendentales en contexto...
Tantas, tantas.

También las sonrisas se buscan, se encuentran y se viven. Luego, mencionas tanto en voz tan alta, feliz de la soledad en que te encuentras al hacerlo.
Ya no sé.
¿Habrá culpables?
Lo que sé,
sin duda alguna,
es que sí anda algo
en los límites de otro algo.



Y el poema de Sabines, hablando en voz aún más alta:




He aquí que tú estás sola.

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.







(Sólo me pregunto si conducirá a algo todo esto.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario