lunes, 2 de agosto de 2010

Emblema tristeza.


Mirando hacia la gente, un pordiosero encuentra pan. Un hombre alto y delgado lo observa con desafán. Una pequeña de mi mano consume un caramelo que a su vez se siente besado. Comienza ahí el emblema tristeza: el pordiosero desea el caramelo más allá de desear realmente el pan y aquello. Pero el momento fue indicado, saturado y envuelto en sal. La pequeña de mi mano soltó su deseo y fervientemente dió cabida a morir. El pordiosero, feliz, mordió el pan y se retiró a su hogar: envuelto en desafán.

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