martes, 21 de septiembre de 2010

Increíble, el amor.



Canciones enamoradas,
introspecciones elaboradas.
Volar tan debajo,
tan irreal.

lunes, 20 de septiembre de 2010

1890

Abordas de un modo tan elocuente,
ya no te creo nada.
¿Qué propones,
mera pérdida de tiempo?
Ya no hay tiempo
para ti, Camille.

Pura basura, ya ni piensa ahora.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Incapacidad esporádica sabor a miel.

Un vaivén de oportunidades, tu ser frente a una mentalidad física.
Ya ni sabes qué se relaciona y flota.
Va, viene.
Vuela,
c
a
e

Imagina y cree.
Incapacidad esporádica sabor a miel.
Sin decir tanto ni nada,
vuelas también.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Digamos, ya no hay nada.

No existen razones para ocupar lugares, ni distancias, ni nada. 

Viajas en el tiempo eterno y evacuas tu mente al ideal de nada,
de vacío,
de incertidumbre,
problema infinito.

A cada caída no existen nuevas líneas que continúan,
qué rapidez la tuya.

De nueva cuenta la falsedad contenedora;
tu persona, tu vida y tus giros balbuceantes.
Cada persona equívocamente idéntica, con certeza apropiada.


Y se te escapa una, se te escapan tres y más.

martes, 14 de septiembre de 2010

Vaivén de sueños nuestros, de nadie.


Para R.R.dP.

No nos lleva a nada bueno, quizá. Mas tener alguna que otra escapatoria ...y/o bocanada de aire fresco siempre es igual de hermoso que un sueño en el que estamos los dos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Eternos, eternos.

Y digamos que la contrariedad de uno es tan fácil de notar. Como estando al borde de un abismo a punto de saltar y voltear: sonreír, ubicar, nada más. Mas de pronto, alguien ha de fijarse en tu reflejo de agua detrás y gritar de lejos su visión. Tú no harás mucho, sabrás que a causa de ello quedas en una posición de búsqueda aprobativa en mayor distancia aún siéndolo así. No habrá más que hacer, él se ubica en una posición alta y tú tan inclinada en el abismo; sonriendo, buscando. Y encuentras la misma contrariedad que él cree ubicar en ti en sus palabras, tal vez sonríes, o no. Ya depende de uno.

Temblor.
Las piedras
c
   a
       e
          n


¿Caerás también, dando un paso detrás?


En la posibilidad tan probable de caer sinfin, se encuentra alguien fijo en ti.
Te comunica su vida, sus sueños, sus metas al vivir.
Y se extrañan,
te extraña
cada noche fugaz del vivir.
Conjugan sus sueños, sus hilos de sueño.
Lo hace tras día, preso de vida.
Encuentras sonrisas en su lado eterno,
mas lejos aún, permance concreto.

Ya no refiere el momento al espejo
sino a tu persona,
tu sinfín de reflejos.
Y has de caer sonriendo,
conciente, sin duda,
más fugaz
y sincero.

Serán nuestros días
eternos, eternos.


Lucie.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Merecer?

 Para K.E.D.V.


Las acciones de cada ser humano en su vida propia, en su vaivén de sociedad absurda y complicada por sí sola. Pensar las razones del ser, de la vida ensimismada; la luna de miel que nos absorbe y contrae sin suplicio alguno al razonar de nuestros días equívocos y sencillos, no consulta nada. Pensar en todo y cada uno de los elementos del todo simplifican, talvez, las razones encontradas en el medio propagante de realidades -es decir: la Vida misma-,  adyacente cada razón simplificada a la razón cuestionada. 
Si uno no es capaz -en lo absoluto- de ubicar sus miedos y dificultades en el medio en el que vive, es cuando suceden tres percances inconfundibles. El primero, claramente tiene que ver con la propia vida, la vida personal que cada individuo lleva: se debilitan los aforismos, los resultantes de la experiencia propia en su vida. El segundo percance es acerca de la Vida misma, de aquella que envuelve en velo toda vida personal existente. ¿Cómo relacionar algo tan subjetivo y generalizador con algo tan diminuto y nada esperanzador como lo es, claramente, un percance? Sencillamente, podría asumirse que la vaguedad de cada vida física es clara y concisa a través del tiempo que transcurre a la par de ella, sucede cotidianamente en dificultad, mas en realidad el objeto de la Vida misma es mayor, es un enlace entre la vida personal del individuo y la muerte misma causante de su vida. La muerte puede observarse desde un punto filosófico, científico o físico, mas nunca desde un punto en verdad presente que afecta nuestra vida diaria, sin morir ni estar cercano a ello.  Y el tercer percance, podría dividirse en dos sujetos: la contrariedad del pensamiento y la indefinición del mismo a causa del primer percance. Todo sucede en relación, en espiral y en círculos, fugazmente indefinidos en el desubique de los miedos y dificultades de cada individuo en contexto. 

Ya con esto, podría simplemente uno intentar ubicar lo que supone merecer y lo que no está en disposición alguna de ser merecido por razones ficticias.


[Para, en un final tan cercano encontrarnos con la realidad del tiempo, la realidad de su rápido y sin fin diámetro.]

jueves, 9 de septiembre de 2010

Aquellos lugares. [ Y era él ]

Fluían los mares en su ventana, como voces de primavera en suceso propio. Sucedían como fijas en la acera de la Vida comunicante día tras día. Cada secuencia de mares le pertenecían de un modo fijable; la independencia del mundo ajeno le era irrevocable y sustituta a lo imaginable balbuceante de su vida. Giraba en torno a sus mares de melancolía inexistente de futuro a hora, de hora a futuro de la hora. Crecía en torno a ellos, supliendo ríos de verdades.
Lo realizó con tanto Amor todo, cada suspiro, cada alivio. Cada minuto de hermosa soledad en su mirada. Cada descubrir una mentira suya, cada par de ojos que miraba. Todo con tanto Amor y tan lleno de tanto. Tan lleno de tanto que miraba.

Cada palabra suya que escuchaba, y cada silencio suyo que medía. Suyo tanto y suyo nada, cada vida suspirada.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Uno respira.

Como si lo único que nos uniera tan firme y sublimemente fuese la verdad. Nuestras mentes y vidas tan llenas de palabras. ¿Cuánta fuerza es necesaria para obtener su mirada?
Realmente se llega a un momento en el cual tu interés interno no existe más, sin poder hacer demasiado para cambiarlo. El interés está fuera de uno, viéndolo así, deseando que viaje de aquel modo. Pero, si uno no encuentra interés alguno en sí mismo, nada queda.
La superficie ajena y ésa seguridad que suplía todo fuera, desaparece. Y uno se desvanece; ya no hay voz, ¿Puede sonreírse? ¿Puede uno hablar? ¿De qué?
Realmente se llega a un momento en el cual uno descubre su simpleza. Aquellas sogas que a uno sostenían, se desvanecen en el polvo, se desvanecen. ¿Qué más queda? Ya no se es capaz de cosas tan posibles para uno, ya no se es capaz de nada más comúnmente posible.

jueves, 2 de septiembre de 2010

How to disappear completely?

That there
that's not me.
I go
where I please.

I walk through walls,
I float down the Liffey.

I'm not here. This isn't happening.


Radiohead.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Por qué la sensibilidad?

Alguien simplemente no entiende, pregunta y cuestiona las razones de su espontaneidad y aparición. Será acaso un exageración, algún modo de suponer un acto, una imaginación mas bien etérea, supuesta a partir de inexistencias.
Un alma parecida, no siendo exactamente; sólo es y no más, es y escribe lo que cree ser y sentir. Suplementos opuestos de variedad equívoca y total, incomprensión de volar.
Sólo fijaciones, suposiciones, contradicciones.  Sólo el silencio, y no lo comprendes. Tanto silencio, ¿por qué será? ¿tiene fin, motivo? Limitarte al escrito, y al trance en relación suya. Y el tiempo como suceso más difícil, transcurre en ideales sin pautas, siendo tan parte de todo; siempre de nada. Sin relacionarse en absoluto, el tiempo finge hacerlo, llegando a ser una percepción tan cotidiana como el vivir.
Y existen tantas personas de la forma en que vive el tiempo, tantas sin fin ni motivo... limitándose tan sencillamente al escrito y trance en relación suya. Transcurriendo en ideales sin pautas, tan parte de todo; siempre de nada. Llegando a ser percepción tan cotidiana a miradas.

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Es tan extraña aquella manera de sobrevivir que cada ser humano adopta. Tan distinta siempre, aún siendo tan parecidas en cada aspecto del vivir.

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Tan a veces apreciada,
la naturalidad.
¿Cómo alcanzarla,
serla,
vivirla,
transmitirla
y consumir de ella
sin querer hacerlo?




Lucie.