Calor entre cuerpos

Una mirada juega, absorbe -increíble manera en que consume el entorno, volviéndolo fresco, hábil. La seguridad que causas, sublime al instante, marea feliz resultante en vida. Las manos presentes al cuerpo libre, conviven absoluto, moviendo sensaciones al tiempo íntimo, cercano. Vivencia absoluta, fijación de miradas fugaces. El roce vuelto caricia, plasmado en tu piel, paralelo sentir de la vida impropia en tu sangre.

Premeditado.

Y todo vibra, gira, conduce. Felicidad infinita, infame, volátil. Palabras frías, flotantes.
Y ya no quiero más. ¿Qué tanto gritas dentro mío? Te quedaste aquí, probable. ¿Quién anda a cargo? Debo hablarlo. Suceda lo que venga, primordialmente fugaz.
Premeditado.

"La vida es niebla", dice Unamuno.
Principio y fin, juramento.

Sentada, nomás.

Dicen que no existen las respuestas, que el tiempo esfuma todo. Nos tachan de existencialistas, de comunistas. Ya nadie sabe, incluso usar tal cual palabra crea inconformidades. Presuponer, juzgar. Qué brindará?